Descripción
El jugo de aloe se obtiene triturando las hojas sin eliminar la pulpa obteniendo así un gel, que se usa externamente. Tras una serie de procesos físicos, del gel se obtiene el jugo, líquido sensible a la luz, y fácilmente deteriorable. El jugo está libre de sustancias antraquinónicas, como la aloína (sustancia amarga con propiedades laxantes). Un 99% del peso del gel de aloe es agua, más del 60% de los sólidos totales son polisacáridos mucilaginosos (fibra) ligados a azúcares como plucosa, manosa, ramnosa, xilosa, arabinosa, galactosa y ácidos urónicos. Entre estos polisacáridos mucilaginosos destacan el acemanano y el aloérido, componentes activos del aloe que le confieren sus propiedades curativas.
El aloe vera es un magnífico cicatrizante; destaca el efecto protector ante lesiones de la mucosa gástrica, su actividad antiulcerosa, y de inhibición del crecimiento de helicobacter pylori. El acemanano presente en el aloe vera podría ser útil en enfermedades inflamatorias intestinales como la de crohn o la colitis ulcerosa. Posee también gran actividad hipoglucemiante e hipolipemiante, controlando el azúcar, colesterol y triglicéridos en sangre. En cuanto al sistema inmune el aloe tiene actividad inmunoestimulante y antimicrobiana frente a un amplio número de microorganismos. Bloquea la reproducción vírica y es un potente antiinflamatorio.
Externamente el aloe vera facilita la curación de heridas, quemaduras y lesiones epidérmicas y reduce el dolor. Se emplea con éxito en casos de psoriasis, foto-envejecimiento prematura, estimula la síntesis de colágeno y de las fibras de elastina de la piel.
Advertencia: En caso de hemorroides, la dosis debe ser baja. Embarazadas, cistitis, colitis e infancia consultar con un facultativo.
Nieves Dominguez –
Le doy un 10/10!
Claudia Arias –
La entrega extraordinariamente rápida
Lucas Vazquez –
Estoy satisfecho con el servicio
Victoria Montero –
Estupenda, rapidez y profesionalidad